jueves, 31 de octubre de 2024

Cómo rescatar a la Literatura de los confines del aburrimiento: metodología historicista frente a metodología inversa

    La enseñanza de la Literatura en la infancia es probablemente el campo más fascinante y, a la vez, el más infravalorado por los estudiantes. Desde que se integró la Literatura como materia de estudio en la educación formal, esta se abordó desde una metodología historicista. Sin embargo, en la actualidad se ha abierto un debate sobre si este es el mejor enfoque para acercar al alumnado a este arte o si, por el contrario, es conveniente enseñar la Literatura desde una metodología inversa. A continuación, se realiza un breve análisis sobre las ventajas y desventajas de cada metodología.

    La metodología historicista pone el foco en el contexto histórico y cultural en el que se produce una obra literaria. Esta aproximación busca que los estudiantes comprendan no solo el texto en sí, sino también las circunstancias en las que se enmarca, como las condiciones sociales, políticas y económicas de la época. Al enseñar Literatura desde esta perspectiva, se fomenta en el alumnado una apreciación más profunda de las obras, ya que pueden observar cómo los autores reflejan y responden a su entorno. Por ejemplo, leer un cuento de la época victoriana, permite profundizar en aspectos como la clase social y el papel de la mujer, conectando la Literatura con la Historia y la realidad.

    Sin embargo, esta metodología presenta algunos desafíos. A veces, el alumnado pueden sentirse abrumado por la cantidad de información contextual que se le presenta, lo que podría desviar su atención del texto literario en sí. Además, el enfoque en el contexto histórico puede hacer que algunos estudiantes se sientan desconectados si no logran relacionar esos eventos pasados con su propia vida. Por tanto, desde el enfoque historicista, la Literatura no lograría generar aprendizajes significativos, vinculados con el entorno próximo del discente, dificultando así el interés por el estudio de este área.


    Por otro lado, la metodología inversa se enfoca en el texto literario primero, permitiendo que los y las estudiantes interactúen con la obra antes de sumergirse en su contexto histórico. En este enfoque, se anima al alumnado a explorar sus propias interpretaciones y reacciones a la Literatura, lo que fomenta un sentido de propiedad sobre su aprendizaje. Al leer un poema o una historia, se propicia un debate e intercambio sobre sus emociones y pensamientos, lo que les ayuda a desarrollar habilidades críticas y analíticas. Una vez que han formado sus propias ideas, se introduce el contexto histórico, lo que enriquece su comprensión y dota de una nueva perspectiva al texto que han leído.


    Una gran ventaja de la metodología inversa radica en que, al centrarse primero en el texto, se genera un interés genuino en la Literatura, lo que motiva a los estudiantes a profundizar más en el tema. Sin embargo, este enfoque puede llevar a una comprensión superficial si el alumnado no recibe la suficiente información sobre las circunstancias que rodean a la obra, perdiendo gran parte del contenido de la Literatura: el contexto en el que se enmarca.


    Con todo, y tal y como apunta Santos Rovira en su artículo Una reflexión sobre la enseñanza de la literatura y una propuesta renovadora (2023), es necesario sacar a la Literatura de los confines del aburrimiento, donde el alumnado la lleva situando durante décadas. El enfoque historicista ha demostrado no lograr conectar a los estudiantes con la obra, generando un rechazo hacia la Literatura y el hábito lector. Por todo ello, una de las principales responsabilidades de los docentes de Literatura es acercarla al alumnado, presentando lecturas con referentes cercanos al contexto del alumnado en primera instancia. Solo así se logra generar un interés genuino por la lectura y la Literatura, de modo que a partir de ahí se pueda profundizar y avanzar hacia obras más alejadas en el tiempo.

Enseñanza inversa de la literatura: un camino más cercano para conectar con el pasado


Uno de los debates que surgen al reflexionar sobre la posibilidad de modificar los planes de estudio en la universidad es cómo abordar la enseñanza de la literatura. Existen diferentes metodologías posibles, pero surge una pregunta clave: ¿con qué perspectiva se debe enseñar? ¿Debería optarse por una perspectiva historicista? 

¿Es la literatura historicista el método más adecuado para mantener el hábito lector?


La lectura es, en efecto, uno de los hábitos más significativos que se adquieren a lo largo de la vida. Leer nos permite comprender, conocer e interpretar muchas de las dificultades en las que podemos encontrarnos a lo largo de los años, así como guiarnos y ofrecernos un aprendizaje sobre un aspecto concreto que desconocemos. Sin embargo, cuando aquello que se lee presenta un componente lingüístico-literario, no todas las personas manifiestan gran interés por su lectura.


En las escuelas, especialmente durante las etapas muy tempranas, se presenta la lectura como un elemento de entretenimiento que pretende cautivar a quien lee (o, en los infantes, quienes la escuchan), con la finalidad de promover el interés literario y la creación de un hábito lector en el alumnado. Este hecho, a menudo, se prolonga hasta las etapas de Educación Primaria con la ofrenda de obras cuya temática se relacione con la edad cronológica de los discentes. 


Sin embargo, cuando ahondamos en las etapas posteriores, concretamente en la Educación Secundaria Obligatoria, observamos cómo este interés decae tras el ofrecimiento único de títulos relacionados con obras mucho más complejas, que se ubican dentro del canon filológico-literario. Es cierto que este tipo de obras ofrecen un gran bagaje cultural, dado que introduce al alumnado dentro de un contexto histórico, pero deberíamos de plantearnos si es la adolescencia la etapa más adecuada para este acercamiento tan significativo y limitado. ¿Realmente es la literatura histórica, basada en la enseñanza exclusiva de lecturas que se encuentran dentro del canon literario, la más adecuada para fortalecer el hábito lector de los y las adolescentes?


Cuando hablamos de literatura historicista, nos referimos a la enseñanza de ésta a partir de lecturas que se encuentran dentro del canon literario: El poema del Mio Cid, Lazarillo de Tormes, El Quijote de la Mancha, La Celestina, entre otras obras. Todas estas obras marcaron un antes y un después en la literatura, bien por el contexto en el que fueron publicadas, su sátira o la moraleja que pretenden enseñar al lector. Sin embargo, se trata de obras que fueron presentadas en un tiempo histórico diferente al que nos encontramos en la actualidad, y en su caso, con el uso de un lenguaje más complejo. Con lo cual, si el acercamiento literario que ofrecemos a los adolescentes presenta un lenguaje cuyos términos y expresiones se alejan de su comprensión, éstos perderán el interés por la misma y no se mantendrá el hábito lector que se buscaba crear en las etapas anteriores. 


En la actualidad, son muchas las personas que han investigado acerca de cómo enseñar y mantener el hábito lector en los y las jóvenes. Rovira (2023), nos dice que “la lectura no debe centrarse en su función de transmisora de conocimientos, sino en su valor como forma artística y placentera”. En efecto, uno de los elementos más relevantes para la creación del hábito lector es la motivación por la lectura. Y es que, si la persona no tiene interés por la misma, es apenas posible que quiera disfrutar de la lectura en su tiempo libre. Esta idea se asocia con la literatura inversa, donde enseñar literatura basa su propósito en el acercamiento del alumnado a obras basadas en los intereses de los y las discentes. 


Bajo esta perspectiva, considero que el método de literatura inversa sería muy interesante a valorar en gran parte de las instituciones educativas, dado que no podemos propiciar un aprendizaje más complejo sin haber asentado previamente una base sólida sobre la que forjar dicho aprendizaje. Y una vez que el alumnado haya adquirido la competencia literaria, ese hábito lector, profundizar en ello con obras más complejas que se ubiquen dentro de ese canon literario que es tan importante para formar al alumno/a en el contexto histórico y cultural en el que se encuentra. Ninguno de estos métodos es más relevante que el otro, pero sí lo es el momento en el que deben aplicarse, pues de ello dependerá que los y las discentes mantengan su interés por la literatura durante toda su vida. 



Bibliografía


Rovira J. (2023) Una reflexión sobre la enseñanza de la literatura y una propuesta renovadora. Education and Reseach, 49.

La enseñanza de la literatura a examen

 

La literatura ha sido, desde siempre, uno de los medios más poderosos para transmitir ideas, emociones y valores, así como para posibilitar la conexión entre la persona que lee y la que escribió la obra. Además, a través de ella se adquiere una visión particular que permite comprender tanto el mundo actual como el contexto histórico, político y social de años pasados. Por todo ello, consideramos que su estudio presenta un gran interés formativo. 

Metodología historicista vs. inversa en la enseñanza de la literatura

Metodología historicista vs. inversa en la enseñanza de la literatura

La enseñanza de la literatura es un tema de debate en el ámbito educativo, especialmente en cuanto a la metodología más efectiva para motivar a los estudiantes y fomentar su interés por la lectura. Dos enfoques destacados y, a su vez, contrarios son la metodología historicista y la metodología inversa. 

 

Modelo historicista vs modelo a la inversa


Existen numerosos estudios en relación a las metodologías de enseñanza-aprendizaje de la literatura. Se trata de un proceso complejo en el que intervienen multitud de factores, por lo que es necesario conocer los métodos y técnicas más óptimos para el desarrollo de la competencia literaria. 

De esta manera, José María Santos Rovira (2023) en su artículo Una reflexión sobre la enseñanza de la literatura y una propuesta renovadora resalta que la concepción de la mayoría de alumnos sobre  la asignatura de lengua y literatura es que se trata de una asignatura aburrida. Así pues, el autor determina que una de las principales causas de este suceso es la perspectiva historicista desde la que se enseña literatura. 


En primer lugar, podemos definir la metodología historicista para la enseñanza de la literatura como un método que parte desde el estudio y trabajo de obras más antiguas hasta el de obras actuales. De esta forma el alumnado conocerá obras relevantes de forma cronológica, empezando con obras como el Poema de Mio Cid. Este método permite formar un esquema mental sobre el desarrollo de la literatura a lo largo de la historia, y se puede relacionar fácilmente de forma transversal con otras áreas como Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural. Otra de las ventajas que podemos observar en este enfoque es que las obras más antiguas suelen contar con numerosos recursos estilísticos, datos históricos y expresiones, entre otros elementos, lo que posteriormente permitirá un análisis exhaustivo de las obras actuales.


Por otra parte, esta metodología no suele resultar tan motivadora para el alumnado debido a diversos factores entre los que se encuentran: el lenguaje que usan las obras más antiguas que en ocasiones demasiado dificultoso para el alumnado y que el alumnado no conecta con los temas que tratan los libros. Así pues, la motivación es un factor fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado, ya que, aumenta su predisposición y ganas de aprender, lo que supone una mayor efectividad del proceso. Además, en muchas ocasiones el alumnado no trabaja la literatura actual en el aula porque no finaliza el temario, esta situación provoca que el alumnado en ocasiones entienda la literatura actual como menos importante, lo que es totalmente erróneo. 


En cambio, la metodología de enseñanza-aprendizaje de la literatura a la inversa parte de la contemporánea y retrocede en el tiempo hasta el estudio de los orígenes de la misma. Este enfoque está relacionado directamente con las teorías cognitivas y las teorías del desarrollo del proceso lecto-escritor, en las que se parte de los elementos más cercanos a la realidad del alumnado. Asimismo, esta metodología es más innovadora que la anterior, debido a que las obras actuales suelen utilizar un lenguaje más comprensible para el alumnado y tratan temas actuales que pueden observar en su día a día, al contrario que el modelo anterior. De esta manera, el alumnado entenderá la importancia y el carácter práctico de la literatura, ya que en las obras más recientes observarán fácilmente la conexión con el mundo del que forman parte. En ocasiones la literatura es considerada por el alumnado como aburrida e inútil, por lo que a través de esta metodología se promueve que estas connotaciones negativas disminuyan y entiendan la relación entre el aprendizaje de la literatura y el mundo real al igual que lo hacen por ejemplo con la ciencia.


A pesar de ser una metodología con numerosos beneficios, también tiene aspectos no tan positivos como la dificultad que supone entender las obras actuales sin las referencias de obras anteriores, ya que estas nos permiten entender la evolución de la literatura desde una perspectiva cronológica, por lo que será más sencillo analizar las características y elementos en otras obras posteriores. La literatura es una expresión artística, cultural y social, sin el orden cronológico que nos proporciona el modelo historicista resulta más complicado en especial para el alumnado más pequeño entender los cambios que se producen en la historia y en la literatura.  


La Ley Orgánica 2/2023, de 22 de marzo, del Sistema Universitario (LOSU) es un documento en el que se establece una serie de principios que deben de seguir las universidades públicas. En la LOSU también se indica que el modelo utilizado para la enseñanza de literatura ha de ser el historicista, es decir, se partirá desde los orígenes de la literatura hasta las obras más actuales. Dicho esto, no significa que sea el modelo a seguir más correcto, puesto que se trata de un enfoque poco práctico y alejado de la realidad. Pero que también tiene múltiples beneficios, como la capacidad de crear un esquema cronológico mental el cual nos ayudará a entender mejor la literatura actual. 


Finalmente, estos modelos tienen múltiples ventajas y beneficios por lo que no significativamente es uno mejor que el otro. Se puede encontrar un equilibrio entre ambos enfoques, siempre teniendo en cuenta el contexto en el que se desarrolla el proceso de E-A. Considero que debemos de dejar a un lado este pensamiento tan simplista de que únicamente hay una manera correcta de hacer las cosas y comenzar a escuchar y a debatir para mejorar, en este caso en el campo educativo.


Un debate entre la metodología historicista y la metodología inversa en la enseñanza de la lengua y literatura

Un debate entre la metodología historicista y la metodología inversa en la enseñanza de la lengua y literatura

Como bien se indica en la ley educativa actual, la enseñanza y el aprendizaje de la lengua y la literatura tienen un papel fundamental en la transmisión de valores y en la comprensión de la propia identidad y del patrimonio cultural. Los futuros y futuras docentes, muchas veces nos replanteamos cuál es la metodología que permite que los contenidos lleguen realmente al alumnado. Por ello, es necesario analizar en profundidad los distintos métodos para determinar cuál de ellos facilita un aprendizaje más significativo y duradero.

Literatura Historicista ¿sí o no?

De la misma manera que expone Santos (2023) en su artículo “Una reflexión sobre la enseñanza de la literatura y una propuesta renovadora”, comentando de forma global todas las materias educativas, considero que los aprendizajes deben ser contextualizados y, por supuesto, deben adecuarse al nivel cognitivo y lingüístico del alumnado. Si esto no se diese, si los discentes no comprendieran las enseñanzas que se les está aportando, por lo que nunca llegarían a interiorizar los saberes que queremos transferir, entonces, como docentes ¿estamos haciendo nuestro trabajo de forma correcta? ¿Estamos enseñando?

Seguramente existan miles de opiniones divergentes con la que aquí presento, pero al igual que la educación evoluciona, que la vida se transforma, la manera en la que enseñamos literatura también debería hacerlo. Pese a ello, no considero que la literatura historicista posea menos relevancia, sino todo lo contrario. Esta ha enriquecido de manera inmensurable nuestra cultura, nuestro vocabulario e incluso nuestro folclore, tradiciones y costumbres por las relaciones que nos invita a crear en el momento que las leemos, pero defiendo la idea de comenzar la enseñanza de la literatura por aquella que sea atractiva para el lector, con la que ellos/as mismos/as puedan identificarse y, así, comenzar a crear de manera adecuada su propio intertexto lector. Llegados a este punto, el alumnado vería útil la literatura; la lectura. Además, podríamos introducir nuevos estilos para agrandar su bagaje, e incluso a través de ella, incluir valores que puedan dar visión a las nuevas realidades existentes en las aulas de forma que el aula se convertiría en un hogar en el que el respeto y la igualdad impregnaría es espacio que compartimos a diario.

Asimismo, podríamos variar las formas de enseñar ya que coexisten múltiples formas de transmitir la literatura. A mí, particularmente, me agrada aquella que promulga Zariquiey (2016) en su obra “Cooperar para aprender, transformar el aula en una red de aprendizaje cooperativo”. El autor comenta su propuesta de trabajo en todas las materias que abordamos en primaria, pero nosotros/as podemos aproximarlo a la literatura. En el aprendizaje de la literatura no solamente influye qué tipo de lecturas ofrezcas, sino, cómo las vives, cómo las transmites y de qué manera las enseñas. De este autor, podemos aprovechar su forma de dirigir a los alumnos/as, de organizar las tareas, de apostar por el trabajo cooperativo, mostrándose el docente como el guía en el aprendizaje, pero no como fuente del mismo. Por este motivo, serán ellos/as los que investigan y descubren las obras literarias repartiéndose, entre iguales, las tareas que tienen que abordar: quién es el autor, en qué año se publicó, qué tema trata la obra, etc. Al igual que, podríamos implementar el uso de la IA y las TIC para trabajar las obras que incluimos en clase.

Concluyo mi aportación recalcando la importancia del trabajo de toda la literatura en el aula, pero la introducción y el trabajo de la misma en el momento oportuno.



BIBLIOGRAFÍA:

Biondi Zariquiey, Francisco. (2016). Cooperar para aprender: transformar el aula en una red de aprendizaje cooperativo (Vol. 15). Ediciones SM España.

Santos, J.M. (2023). Una reflexión sobre la enseñanza de la literatura y una propuesta renovadora. Educação E Pesquisa, 49. https://doi.org/10.1590/s1678-4634202349251005esp

r

¿Cuál es el mejor enfoque para la enseñanza de la lengua y la literatura: historicista, inverso o mixto?

¿Cuál es el mejor enfoque para la enseñanza de la lengua y la literatura: historicista, inverso o mixto?

Metodologías historicista e inversa en la Lengua y la Literatura

La enseñanza de la Lengua y la Literatura demanda una metodología que dote de dinamismo al proceso de enseñanza-aprendizaje. En este sentido, existen diversos métodos que van a permitir conseguir que esta ciencia sea bien acogida por la comunidad educativa y que tanto docentes como discentes disfruten de un proceso que puede resultar ser toda una gran aventura. Nos referimos a la metodología historicista y a la metodología inversa.

Respecto a la metodología historicista, podemos decir que tiene como puntos fuertes que nos permite identificar la evolución de una lengua con sus cambios lingüísticos significativos a lo largo del tiempo. Un idioma es un elemento vivo que se va modificando en función de diversos cambios sociales y culturales que se han ido produciendo, por ello, utilizar esta metodología nos va a permitir saber de dónde procede una determinada lengua.

En cuanto a la Literatura y teniendo en cuenta cada contexto que se estudia, este método nos permite comprender mejor el significado de una obra relacionándola con los acontecimientos, valores e ideologías de la época a la que pertenece. Además, se puede observar la evolución de los estilos literarios a lo largo del tiempo.

En contra, la metodología historicista tiene como punto débil que se puede caer en la idea de que una obra tiene o no calidad por la época a la que pertenece y no por la persona que la escribió. También se requiere un conocimiento histórico profundo de una época concreta, de la evolución histórica y de varias disciplinas como la Literatura, la Historia o la Sociología. Eso, en ocasiones, puede generar rechazo en determinadas etapas educativas.

Por lo que respecta a la metodología inversa en la enseñanza de la Lengua y la Literatura, ésta tiene como ventajas que se centra en la lengua tal y como la conocemos en la actualidad y, además, se trabaja la literatura poniendo como centro de atención en un texto, una obra o una persona que escribe favoreciendo que no se produzca una dispersión del aprendizaje. Es por ello que se produce una mayor construcción de las interpretaciones del texto y permite crear una serie de hipótesis que fomentan la creatividad de la persona que está inmersa en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

No obstante, esta metodología tiene sus inconvenientes como, por ejemplo, la dificultad para personas con poca experiencia en el análisis literario o la interpretación errónea de la obra por no conocer el contexto en el que fue creada.

Como conclusión, defendemos la idea de que hay que encontrar un equilibrio entre ambas metodologías, pues son herramientas muy potentes si se utilizan en el momento preciso y con las personas adecuadas.

Cambio de paradigma en la enseñanza hacia una literatura actual

Cambio de paradigma en la enseñanza hacia una literatura actual

 

   Numerosas formas de llevar a cabo la enseñanza, pero todas con el mismo propósito o similar: aumentar los conocimientos y el intertexto del alumnado. Esto podría hacer referencia al desafío con mayor incertidumbre y anhelo de cualquier docente. ¿Cómo sabemos cuando lo estamos haciendo bien? Probablemente, la solución la encontremos en nuestros queridos y queridas estudiantes, quienes a través de sus intervenciones reflejan todo lo aprendido.

¿CÓMO SE APRENDE LA LITERATURA? DOS METODOLOGÍAS: HISTORICISTA O INVERSA


Si fueses estudiante del grado de Filología hispánica o de Maestro en Educación Primaria, ¿qué preferirías: estudiar desde las perspectivas actuales del siglo XXI  o iniciarte con la Antigua Grecia de hace 4000 años? A continuación, hablaremos de las ventajas y desventajas de dos visiones metodológicas empleados a día de hoy: la literatura historicista y literatura inversa. 


Por el momento, antes de que la LOSU (Ley Orgánica del Sistema Universitario) sea implementada, las universidades españolas optan por el enfoque historicista, excepto cuatro de ellas. Como es de suponer, este modelo posee algunas ventajas, de entre las cuales destacamos una mejor comprensión cronológica del contexto histórico y elementos literarios de las diferentes épocas, puesto que al partir del arjé, podemos entender mejor el origen, la razón. Es decir, en muchas ocasiones, para darle una interpretación a las obras literarias, podemos ayudarnos de las estructuras antiguas existentes, ya que los escritores tienden a repetir con los años las establecidas en la antigüedad. En general, por naturaleza, construimos mejor el conocimiento cuando tenemos referencias, nos aseguramos hacerlo de forma correcta y siguiendo un patrón. Por ello, entenderemos mejor un poema actual si primero somos capaces de analizar y sentir uno que fue escrito en la Edad Media, acto que no permite la literatura inversa.


Por otro lado, uno de los inconvenientes de la literatura historicista es la poca relación con el contexto presente del alumnado. Es comprensible que nos llame antes la atención un escrito relacionado con nuestra época o publicado de forma más reciente. Evidentemente, tanto el lenguaje empleado como los temas tratados en todos los géneros (narrativo, lírico y dramático) posiblemente se acerquen más a la realidad del discente. Entender un texto en castellano antiguo puede resultar un tanto farragoso, mientras que comprender uno creado en tu mismo nivel lingüístico es más accesible. En consecuencia, una gran ventaja de la literatura inversa es el acercamiento que genera y la facilidad lingüística que representa. 


¿Qué opción es mejor? No podemos afirmar con certeza que exista una superior, ya que como hemos observado, aportan ventajas diferentes. Una ayuda a tener un intertexto lector más enriquecido y la otra fomenta el acercamiento o motivación gracias a una visión más actual. En general, el enfoque es parte del proceso de enseñanza, pero no debemos olvidar un factor importante: el/la docente. La literatura inversa desde la perspectiva de un docente poco implicado o algo desactualizado metodológicamente, puede crear un clima de enseñanza-aprendizaje un tanto tedioso. En cambio, si este/a lleva al aula universitaria propuestas y recursos actuales para acercar el método historicista, los resultados serán bastante más favorecedores. En conclusión, combinar ambas técnicas o emplear una de ellas desde un enfoque dinámico, sería la opción más provechosa y satisfactoria.


La literatura historicista, ¿a favor o en contra?

 



Como maestra, y con la experiencia de tener a adolescentes delante, afirmo que conceptos como rechazo, desinterés y aburrimiento suelen ser las emociones predominantes en los discentes cuando el docente menciona el término “literatura”. Vivimos en una sociedad en la que la literatura se ve desplazada por otros temas de actualidad que, aunque interesantes, están quizás alejados de lo que esta materia quiere.

La literatura historicista forma parte de nuestra cultura literaria y es fundamental transmitirla en las aulas, ya que promueve el desarrollo lingüístico, cultural y social de los discentes, preparándolos como ciudadanos de su país. Sin embargo, la complejidad que implica esta enseñanza puede no ajustarse a las capacidades de los discentes. Existen multitud de debates sobre si debiera reajustarse el enfoque, partiendo de obras contemporáneas hacia las más antiguas, o, por el contrario, mantener una línea cronológica, presentando obras actuales relacionadas con temas más próximos a los intereses de los discentes, para que puedan sentirse identificados.

Personalmente, opino que ambos métodos son válidos y ofrecen aspectos positivos en el aprendizaje. Una visión ordenada en el tiempo permite comprender la evolución de los sucesos históricos y su influencia en la literatura. Por otro lado, a partir de los intereses y la motivación de los discentes, considerando su madurez y habilidades lingüísticas, puede facilitar el establecimiento de relaciones intertextuales significativas en su aprendizaje.

Una propuesta sería explorar diferentes obras desde los comienzos de la literatura, permitiendo que los estudiantes conozcan su existencia y los movimientos literarios. Luego, podrían centrarse en aquellos que más les llamen la atención. Además, se podría seleccionar alguna obra y relacionarla con la actualidad, empleando no solo la literatura, sino también el cine, el teatro e incluso las nuevas tecnologías.

No se debe perder de vista la literatura histórica, ya que forma parte de nuestra cultura, nuestro arte, nuestra música y nuestra vida. Si se establecen relaciones entre el pasado y el presente, el aprendizaje cobra sentido y la literatura se acerca a los discentes, mitigando los sentimientos de rechazo y negación.

¿CÓMO DEBE ENSEÑARSE LA LITERATURA EN LAS AULAS?

La enseñanza de la lengua y literatura en los diferentes niveles educativos forma parte del aprendizaje para el desarrollo integral de los alumnos y las alumnas. A través de esta es posible aprender y desarrollar la lengua y crear una visión crítica del mundo. En la actualidad, existen dos metodologías centradas en la enseñanza de la literatura. La primera de ellas tiene como objetivo enseñar desde una perspectiva historicista, la cual presenta al alumnado primero los conocimientos más antiguos de la literatura para poco a poco avanzar en el tiempo hasta las obras más modernas. En cambio, en los últimos años, ha surgido un nuevo método que busca enseñar a la inversa, en el que los alumnos y las alumnas comienzan el aprendizaje literario a través de obras contemporáneas para poco a poco retroceder en el tiempo a obras clásicas.Es en este punto cuando debemos plantearnos qué método se ajusta más a las necesidades actuales de los/as niños/as y adolescentes. 


Cuando entramos a un aula podemos observar cómo en la mayoría de estas se sigue trabajando con una enseñanza de la literatura historicista. Este hecho puede resultar efectivo y positivo si buscamos que los y las estudiantes conozcan primero las bases de la literatura y de dónde surgen las obras que actualmente conocemos. Pero al mismo tiempo, si uno de los primeros contactos del alumnado con el aprendizaje literario es leyendo una obra con más de ciclo siglos de antigüedad, puede resultar para muchos/as aburrido y abrumador, haciendo que puedan perder el interés por aprender literatura. Es por esta razón por la que debemos plantearnos el uso de una metodología que invierta dicha enseñanza. Si comenzamos enseñando literatura con obras de calidad literaria pero modernas, que se ajusten a las necesidades y a las preocupaciones de nuestros estudiantes, conseguiremos generar en ellos interés por dicho arte. Asimismo, como docentes debemos tener en cuenta las capacidades cognitivas del alumnado, siendo conscientes de que para ellos y ellas resulta más sencillo y atractivo leer historias y descubrir personajes o situaciones con las que puedan sentirse identificados e identificadas. Pues de esta forma conseguiremos que el aprendizaje literario sea significativo. Pero, al aplicar este método innovador podemos toparnos con un problema a la hora de pasar de la literatura contemporánea a la literatura clásica, pues este cambio puede disminuir la motivación del alumnado. Es por esta razón, por la cual debemos plantearnos el uso de recursos innovadores como pueden ser las nuevas tecnologías para que el alumnado siga manteniendo la motivación por la literatura histórica. 


En conclusión, los cambios producidos en la sociedad crean nuevas necesidades en los y las estudiantes, por lo que debemos ajustar las formas de enseñanza a sus nuevas inquietudes para que los procesos de aprendizaje sean lo más significativos y motivadores posibles. Por esta razón, plantear una metodología invertida para enseñar literatura en las aulas puede resultar una propuesta atractiva que genere cercanía e interés en los alumnos y las alumnas. 


Metodología de la literatura historicista, ¿A favor o en contra?

Como estudiante del máster de Investigación Educativa, cursando la asignatura de Didáctica de Lengua y la Literatura, me plantean la siguiente cuestión, con la que abrimos otro gran debate en nuestro blog:

¿Me sitúo a favor de la metodología basada en la literatura historicista? ¿O en contra?


Primeramente, considero fundamental aclarar el término, para conocer de qué estamos hablamos, y en qué criterios me baso para decantarme por una de las dos opciones que se me propone.  

Apenas, podemos encontrar bibliografía que consideran el término de forma clara y detallada, por este motivo, pongo en cuestión el concepto de “historicismo”, que es el que más frecuencia se ha utilizado por parte de investigadores o creadores de contenido en diferentes páginas webs.

El historicismo, hace referencia a una corriente filosófica que afirma que la historia es el factor fundamental para entender todos los asuntos humanos. Dicha doctrina declara que no es posible entender la realidad que nos rodea, sin antes haber conocido la historia que la precede.

Desde mi humilde opinión, una metodología basada en esta corriente puede resultar una enseñanza y aprendizaje bastante enriquecedor. Y es que es cierto que, para entender la actualidad, nuestros educandos deben primero conocer nuestros antecedentes literarios, haciendo hincapié en la historia de la literatura, así como los rasgos que esta presenta, en cuanto a personas que han marcado dichas etapas, hitos más importantes, escritos como poesías, entre otros. 

Las aulas, así como los niños, familias y todo el currículum que nos ofrece nuestra nueva ley educativa, la LOMLOE, nos demanda esa funcionalidad en los aprendizajes, así como también, esa cercanía al contexto del alumno y alumna a la hora de impartir los conocimientos, y además, haciéndolo de forma ajustada a varios aspectos del grupo-clase con el que trabajamos (edades, ritmos, intereses). 

El presente es lo que vivimos en el HOY, el pasado es del ANTES, pero no debemos olvidar que, muchos factores que nos rodean en la literatura actual, han sido producto de lo que un día alguien o algo desencadenó hasta lo que tenemos hoy en nuestras manos, o mejor dicho, se sitúa en las nuestras bibliotecas de aula cuidado como oro en paño y decorado con hasta el más mínimo detalle. No podemos aislar a esas personas o acontecimientos, que nos han dejado huella en lecturas, canciones, e incluso expresiones que utilizamos en ocasiones, ya que hemos escuchado alguna vez cuando éramos pequeños y se ajustan al contexto o situación en la que nos encontramos, como puede ser la del famoso García Lorca con su “verde que te quiero verde”. 

Muchos de los historicistas, afirman que la verdad de las cosas no se corresponde con la persona que las observa, sino de las creencias, culturas y valores que viene determinada por cada época.

Si hablamos de las obras que cuentan una realidad histórica, podemos mencionar a la primera, como es la de Historia de los pueblos romanos y germánicos (1494-1514), cuyo autor fue Leopold Von Rake. Probablemente, muchos de nosotros, estudiantes actuales de este máster, no la hayamos saboreado en todas sus vertientes, pero no me cabe la menor duda que, algo conocemos de ella, gracias a los libros de texto de Historia de España, que nos han acompañado durante toda nuestra carrera académica durante la Educación Secundaria.

Todo tiene un por qué en el proceso de enseñanza y aprendizaje, nada subyace sin antes haberse cuestionado la significatividad de todo lo que se puede implementar. Lo que pretendemos los docentes es llevar a cabo una enseñanza-aprendizaje completo, funcional y globalizado, donde todas las materias cohabiten de forma coordinada, y todo lo que se imparta, cobre mucho más sentido en relación a lo que nos rodea. Como bien se dice “el saber no ocupa lugar”, y si podemos combinar el aprendizaje de la gramática con poemas sobre la guerra civil, ese resultado cognitivo en el niño, puede traer grandes beneficios. 


La enseñanza de la lengua y la literatura: una reflexión sobre metodologías.

Enseñar lengua y literatura implica más que transmitir conocimientos sobre gramática o textos clásicos; es una labor de formación de pensamiento crítico, expresión y apreciación cultural. Sin embargo, ¿cómo deberían abordarse estos contenidos para que resulten realmente significativos? Existen dos enfoques metodológicos dominantes: la metodología historicista y la metodología inversa. Ambos modelos ofrecen herramientas valiosas, pero cada uno tiene sus propias limitaciones y ventajas, y cada uno responde a diferentes concepciones sobre el papel de la literatura en la educación.



En primer lugar, la metodología historicista se caracteriza por enseñar la literatura de manera cronológica. Este método se centra en el contexto histórico y en la evolución de los movimientos literarios, llevando al/la estudiante en un viaje que abarca desde la literatura antigua hasta la contemporánea. El objetivo es que el alumno pueda observar la evolución del pensamiento y las técnicas literarias y comprender el impacto del contexto sociocultural en la creación de textos de una forma lineal, desde la más antigua hasta la más reciente.


En base a ello, se observan diferentes puntos a destacar. Primeramente, una de las principales ventajas del enfoque historicista es que da al estudiante un panorama amplio sobre el desarrollo de la literatura y el lenguaje. Le permite comprender cómo las transformaciones políticas, sociales y filosóficas han moldeado los textos. Esta metodología no solo enseña a leer, sino también a "interpretar" la literatura en su contexto, brindando herramientas para entender los textos con una profundidad histórica que logra conocer una profundidad literaria. Además, este enfoque contribuye a una formación cultural integral, donde los/las estudiantes tienen la oportunidad de ver conexiones entre la literatura y otros aspectos del arte y la historia, lo cual fomenta una visión interdisciplinaria y permite apreciar la literatura como reflejo de la realidad de cada época.


Sin embargo, la metodología historicista tiene sus limitaciones. Al centrarse en lo cronológico, este enfoque puede resultar alejado para los/las estudiantes que se enfrentan a  una gran cantidad de datos históricos y términos antiguos difíciles de comprender. La lectura de textos y el lenguaje anteriores, puede sentirse desconectada de sus propias experiencias y contexto, lo cual puede reducir su interés por la materia. 


En segundo lugar, se tratará la metodología inversa, que propone una visión opuesta: en lugar de seguir una línea cronológica, comienza con textos contemporáneos y temas actuales que coinciden con los intereses y vivencias de los/las estudiantes. Una vez familiarizados/as con estos textos, se introduce la literatura más antigua, estableciendo comparaciones que permiten comprender cómo las ideas y temas han evolucionado a lo largo del tiempo.


Al igual que la metodología anterior, la inversa también presenta puntos fuertes y puntos débiles. Entre ellos, resalta su capacidad para captar la atención del alumnado desde el principio. Empezar con temas y textos que son familiares y relevantes ayuda a conectar la literatura con la vida cotidiana, generando un interés genuino. Esto también permite que ellos/as construyan puentes entre sus propias experiencias y los temas literarios, antes de enfrentarse a textos que pueden parecer distantes..


La metodología inversa también ofrece una ventaja pedagógica al aplicar el aprendizaje significativo, es decir, el alumnado aprende mejor cuando pueden relacionar los nuevos conocimientos con conceptos o experiencias previas. Al empezar con temas actuales, este método permite que el aprendizaje de la literatura sea más dinámico y, en muchos casos, fomenta una reflexión crítica sobre temas universales que han perdurado a lo largo del tiempo, como la identidad, el amor, la justicia o el poder. Estos temas, al ser reconocibles y cercanos, facilitan que los estudiantes encuentren puntos de conexión entre su realidad y la literatura, estimulando una reflexión que trasciende la comprensión básica de los textos. 


Por el contrario, la metodología inversa puede ser criticada por no ofrecer a los estudiantes una comprensión cronológica clara sobre el desarrollo literario. Al enfocar primero los temas modernos, puede existir la sensación de que la historia de la literatura es secundaria o irrelevante. Además, si no se estructura bien, el método puede dar lugar a un análisis superficial de textos clásicos, restando importancia al contexto y a los elementos históricos que son fundamentales para comprender plenamente obras como las de Homero, Shakespeare o Cervantes, cuyos significados están profundamente ligados a sus contextos históricos y culturales. Sin una comprensión de ello, los/las estudiantes podrían interpretar estas obras de manera limitada, perdiendo la riqueza de matices que las hace universales y trascendentes. Además, la falta de un enfoque cronológico puede impedir que se perciba la evolución de los géneros, estilos y temas literarios a lo largo del tiempo, así como la influencia de ciertos autores y movimientos en generaciones posteriores. 


Entonces, ¿qué metodología resulta más eficaz? ¿La metodología historicista o la inversa?

Si bien es cierto que ambos métodos presentan ventajas e inconvenientes o dificultades a la hora de la aplicación en las aulas, se considera esencial la utilización de una metodología híbrida que consiga contemplar las ventajas o puntos fuertes de ambas. Mientras que el enfoque cronológico permite una comprensión profunda del desarrollo cultural e histórico de la literatura, el método inverso facilita una conexión inicial que es crucial para despertar el interés y el sentido de relevancia en los estudiantes. Por ello, se defiende la idea de iniciar con temas contemporáneos para generar interés y una base crítica, mientras que el estudio posterior del contexto histórico ayudará a los estudiantes a comprender la literatura en su totalidad, vinculando el pasado y el presente en una perspectiva integral. Así, la enseñanza de la literatura puede convertirse no solo en una herramienta de aprendizaje, sino en un viaje que inspira, pregunta y amplía los horizontes de comprensión crítica, empatía, expresión personal y conocimiento histórico, permitiendo a cada estudiante no solo leer y analizar textos, sino también reflexionar sobre su propio lugar en el mundo a través de las historias y voces de diferentes épocas y culturas.



*Imágenes creadas a partir de ChatGPT.


Metodología mixta para la enseñanza de la literatura


Metodología mixta para la enseñanza de la literatura

Educación literaria: hacia una perspectiva holística

 La enseñanza y aprendizaje de la literatura supone una conexión directa con el patrimonio lingüístico y cultural de la sociedad. Debido a su carácter longitudinal a través de los años de tradición literaria, surge el debate sobre si la enseñanza se debería llevar a cabo de manera cronológica comenzando por las primeras obras en aparecer y terminando con las más recientes o si por el contrario debemos comenzar por las obras actuales para después poco a poco ir retrocediendo hacia atrás en el tiempo.

Ambos métodos presentan aspectos positivos que favorecen el aprendizaje, el historicista, por ejemplo, ofrece una visión ordenada de los movimientos y principales hitos permitiendo identificar claramente las influencias y las casuísticas. El método inverso por su parte contará con una alta motivación al acercarse al entorno más próximo al estudiante y partir de lo que conoce, por otro lado, le permitirá en todo momento establecer las relaciones intertextuales entre elementos culturales o formales.

Personalmente, propondría un modelo híbrido donde se den ambos métodos. Partiendo del concepto del Intertexto trataría de establecer todas aquellas relaciones entre elementos literarios (forma, temática, lenguaje, contenido, etc.) tanto de obras y movimientos anteriores con elementos actuales.

Por ejemplo, decidimos emplear una programación histórica donde recorramos las obras y los movimientos desde el principio, pero al llegar por ejemplo al realismo, conectamos esos elementos del movimiento literario con obras de realismo actual y diferentes manifestaciones culturales que hagan uso de esos elementos como la pintura, la música, el cine, la escultura o las redes sociales.

De esta manera no se pierde la perspectiva histórica en el aprendizaje y sabemos en todo momento las causas de los diferentes movimientos y a su vez conectamos esos elementos con manifestaciones actuales favoreciendo la creación de sentido y la comprensión del concepto. Se refuerza por tanto el valor del conocimiento aunque sea “antiguo” para aplicarlo al presente.


domingo, 27 de octubre de 2024

La literatura como herramienta para la inclusión

La literatura como herramienta para la inclusión: análisis del impacto en la percepción de la diversidad cultural y los estereotipos en alumnado de Educación Secundaria Obligatoria

jueves, 17 de octubre de 2024

La intertextualidad en el alumnado de Educación Primaria a través de Anthony Browne y la narrativa transmedia

La intertextualidad en el alumnado de Educación Primaria a través de Anthony Browne y la narrativa transmedia 

Más Allá del Telón

 

I  CONGRESO INTERNACIONAL DE LECTURA Y ESCRITURA.

FUNDACIÓN ALONSO QUIJANO.

Propuesta participación congreso.

 Línea 11: Música, teatro, cine, lectura y escritura. 

 

Título: Más Allá del Telón: Construyendo Autoestima a través del Teatro.

Title: Beyond the Curtain: Building Self-Esteem throughTheatre.

“Inmersión en la Literatura Infantil y Juvenil hispanoamericana apoyada por la dramatización en Educación Infantil”.

 

El álbum ilustrado para trabajar la lectura multimodal en Educación Primaria

Título: El álbum ilustrado para trabajar la lectura multimodal en Educación Primaria.

La neuroeducación como herramienta para mejorar el aprendizaje en la clase de Lengua y Literatura

La neuroeducación como herramienta para mejorar el aprendizaje en la clase de Lengua y Literatura

Resumen: Actualmente, el profesorado de Educación Primaria encuentra grandes dificultades a la hora de impartir sus clases, debidas, principalmente, a un desinterés generalizado entre el alumnado. Por este motivo, los y las docentes buscan constantemente nuevas metodologías con las que puedan tanto mejorar su trabajo, como fomentar la implicación del estudiantado en el aula. Considerando estos aspectos, la presente investigación tiene como objetivo introducir la neurociencia educativa, también conocida como neuroeducación, en la clase de Lengua y Literatura, para disminuir el problema mencionado y mejorar la adquisición de la lengua castellana. En primer lugar, el trabajo analiza las actitudes de los niños y niñas de tres grupos de 6º curso de Educación Primaria en las clases de la mencionada asignatura. Del mismo modo, se examinan, a través de una encuesta, sus conocimientos lingüísticos en el ámbito de la expresión oral y escrita. Posteriormente,  se establece una propuesta de actividades en la que se aplican los fundamentos de la neuroeducación para mejorar las diferentes habilidades de comunicación de los y las estudiantes, utilizando el croma como recurso didáctico motivador. Finalmente, se concretan diferentes estrategias de evaluación, como la encuesta y la entrevista, para comprobar si los objetivos han sido alcanzados. 

Palabras clave: Educación Primaria, neurociencia educativa, enseñanza lingüística, habilidades comunicativas.

Resiliencia y superación de adversidades a través de la lectura y escritura mediante la figura de Ícaro

Resiliencia y superación de adversidades a través de la lectura y escritura mediante la figura de Ícaro

Inteligencia artificial y la creación de contenido educativo en la etapa de Educación Primaria.

TÍTULO

Inteligencia artificial y la creación de contenido educativo en la etapa de Educación Primaria. 

Artificial intelligence and the creation of educational content in the Primary Education stage. 


 RESUMEN

Se propone en este trabajo un análisis del impacto de la inteligencia artificial en el sistema educativo, en concreto, en torno a la creación de contenido educativo en la etapa de Educación Primaria. La inteligencia artificial es un recurso utilizado cada vez con más frecuencia por docentes de todas las etapas educativas. Así pues, uno de los usos más habituales de la IA es la creación de materiales educativos por parte de los docentes, lo que facilita la producción de contenido que a su vez permite una mayor personalización del proceso de enseñanza-aprendizaje. Por otro lado, pueden existir algunas dificultades en este proceso de creación de materiales a través de la I.A como la falta de formación sobre la I.A y/o las TIC, la privacidad del alumnado y la escasa alfabetización digital del alumnado y de algunos docentes. A lo largo de esta presentación se analizará el impacto de la inteligencia artificial en relación con la creación de contenido educativo en la etapa de Educación Primaria. 

 ABSTRACT

This work proposes an analysis of the impact of artificial intelligence in the educational system, specifically, around the creation of educational content in the Primary Education stage. Artificial intelligence is a resource used increasingly frequently by teachers at all educational stages. Thus, one of the most common uses of AI is the creation of educational materials by teachers, which facilitates the production of content that in turn allows greater personalization of the teaching-learning process. On the other hand, there may be some difficulties in this process of creating materials through AI, such as the lack of training on AI and/or ICT, the privacy of students, and the poor digital literacy of students and some teachers. Throughout this presentation, the impact of artificial intelligence will be analyzed in relation to the creation of educational content in the Primary Education stage.


PALABRAS CLAVE 

Inteligencia artificial, educación, personalización.

Biblioterapia y lectura en contextos hospitalarios

 

Biblioterapia: Un recurso educativo-pedagógico 
en contextos hospitalarios


Resumen

Este trabajo se hace un eco sobre la biblioterapia, una intervención de carácter educativo- terapéutico que plantea la lectura desde otra perspectiva; proporcionar un bienestar emocional y psicológico en contextos hospitalarios. A fin de reducir el estrés, la ansiedad e inclusive el dolor en pacientes de larga estancia, este recurso permite la distracción de manera positiva, emite una carga de energía infinita provocando una estimulación cognitiva y un empoderamiento emocional tan necesario en los momentos más difíciles. La presente investigación tiene como objetivo analizar el impacto de la lectura, independientemente del género empleado, en los pacientes y cómo es el vínculo que establecen con esta. Las historias que conforman las lecturas y su trasfondo tienen la capacidad de proporcionar consuelo, esperanza y resiliencia. Este último concepto tiene un gran peso al establecerse un vínculo paciente-lectura-historia. A pesar de ser necesario la recopilación de datos, se omitieron en un primer momento. Ya se contaba con la información de los pacientes obtenida de manera cualitativa. En primer lugar, se seleccionó una parte de una planta hospitalaria y se proporcionaron una gran variedad de lecturas cuyos géneros abarcaban desde la narrativa, poesía, hasta los álbumes ilustrados. En segundo lugar, se implementó la idea de compartir esas lecturas leídas con el resto por medio de escritos, algún objeto que emanase esa lectura, o tenían la opción de grabarse un audio de voz y compartirlo en la plataforma habilitada. Por último, a modo de entrevista se comparó la información con la que ya se contaba al inicio, con la obtenida en esta última fase. Los resultados obtenidos fueron muy positivos. Por tanto, la implementación de programas de biblioterapia en los centros hospitalarios tienen el poder de mejorar la calidad de vida de los pacientes favoreciendo la recuperación de manera integral, un aspecto que va mucho más allá de lo físico; el ámbito emocional y psicológico. La lectura proporciona un espacio seguro para procesar ese conjunto de emociones y consigue provocar ese descanso mental, siendo muy beneficioso. 

Palabras clave

Intervención; biblioterapia; lectura; salud; contexto hospitalario

Aprendizaje basado en la inteligencia emocional a través de la literatura

 Congreso de LECTURA Y ESCRITURA

Línea de investigación: Lectura e inteligencia emocional

"Viaje por una lectura de lo más emocional"

Aprendizaje basado en la inteligencia emocional a través de la literatura

Resumen

La presente investigación nos aporta el saber sobre la existencia de diversas lecturas orientadas al trabajo de la inteligencia emocional en los niños y niñas en la etapa de Educación Primaria. Muchos de los educandos a estas edades no son capaces de identificar, regular y expresar emociones básicas como la ira, la tristeza o la alegría. Al principio, nos resulta un aspecto sencillo, pensamos que es algo que dominamos desde que nacemos, pero en realidad, dista mucho de ello. No solamente son los libros de narrativa los que nos pueden iluminar en este ámbito, sino que también encontramos otros géneros literarios como: la poesía, el álbum ilustrado, el cómic, que sin duda alguna resultan atractivos y significativos para el alumnado con el que trabajamos en las aulas. Ser consciente de las emociones que experimentamos, es algo esencial para vivir en armonía cada día, en situaciones más o menos agradables. Al mismo tiempo, a través de esas páginas, reforzamos habilidades como el ritmo, la fluidez, entonación…, conocemos a personajes fantásticos o no, que nos muestran sus personalidades, con los cuales nos podemos identificar. Estos les otorgan a nuestros/as pequeños/as herramientas muy útiles de gestión emocional, que probablemente un día las tomarán como referencia para solventar conflictos de cualquier tipo. 

Abstract

This research provides us with knowledge about the existence of various readings aimed at working on emotional intelligence in children in the Primary Education stage. Many of the students at this age are not able to identify, regulate and express basic emotions such as anger, sadness or joy. At first, it seems like a simple aspect, we think it is something we have mastered since we are born, but in reality, it is far from that. It is not only narrative books that can enlighten us in this area, but we also find other literary genres such as poetry, illustrated albums, comics, which are undoubtedly attractive and significant for the students we work with in the classrooms. Being aware of the emotions we experience is essential to live in harmony every day, in more or less pleasant situations. At the same time, through those pages, we reinforce skills such as rhythm, fluency, intonation..., we meet fantastic or not fantastic characters, who show us their personalities, with whom we can identify. These provide our little ones with very useful emotional management tools, which they will probably one day use as a reference to resolve conflicts of any kind.



Álbum ilustrado: El monstruo de los colores (Anna Llenas)

Palabras clave: Emociones, lectura, situaciones, identificar. 


Atrapados por la lengua: 50 casos resueltos por la lingüística forense

¡Hola, hola, hola! En plenas vacaciones navideñas, os voy a recomendar un libro relacionado con la investigación y el uso del lenguaje. Se t...