Modelo historicista vs modelo a la inversa
Existen numerosos estudios en relación a las metodologías de enseñanza-aprendizaje de la literatura. Se trata de un proceso complejo en el que intervienen multitud de factores, por lo que es necesario conocer los métodos y técnicas más óptimos para el desarrollo de la competencia literaria.
De esta manera, José María Santos Rovira (2023) en su artículo Una reflexión sobre la enseñanza de la literatura y una propuesta renovadora resalta que la concepción de la mayoría de alumnos sobre la asignatura de lengua y literatura es que se trata de una asignatura aburrida. Así pues, el autor determina que una de las principales causas de este suceso es la perspectiva historicista desde la que se enseña literatura.
En primer lugar, podemos definir la metodología historicista para la enseñanza de la literatura como un método que parte desde el estudio y trabajo de obras más antiguas hasta el de obras actuales. De esta forma el alumnado conocerá obras relevantes de forma cronológica, empezando con obras como el Poema de Mio Cid. Este método permite formar un esquema mental sobre el desarrollo de la literatura a lo largo de la historia, y se puede relacionar fácilmente de forma transversal con otras áreas como Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural. Otra de las ventajas que podemos observar en este enfoque es que las obras más antiguas suelen contar con numerosos recursos estilísticos, datos históricos y expresiones, entre otros elementos, lo que posteriormente permitirá un análisis exhaustivo de las obras actuales.
Por otra parte, esta metodología no suele resultar tan motivadora para el alumnado debido a diversos factores entre los que se encuentran: el lenguaje que usan las obras más antiguas que en ocasiones demasiado dificultoso para el alumnado y que el alumnado no conecta con los temas que tratan los libros. Así pues, la motivación es un factor fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado, ya que, aumenta su predisposición y ganas de aprender, lo que supone una mayor efectividad del proceso. Además, en muchas ocasiones el alumnado no trabaja la literatura actual en el aula porque no finaliza el temario, esta situación provoca que el alumnado en ocasiones entienda la literatura actual como menos importante, lo que es totalmente erróneo.
En cambio, la metodología de enseñanza-aprendizaje de la literatura a la inversa parte de la contemporánea y retrocede en el tiempo hasta el estudio de los orígenes de la misma. Este enfoque está relacionado directamente con las teorías cognitivas y las teorías del desarrollo del proceso lecto-escritor, en las que se parte de los elementos más cercanos a la realidad del alumnado. Asimismo, esta metodología es más innovadora que la anterior, debido a que las obras actuales suelen utilizar un lenguaje más comprensible para el alumnado y tratan temas actuales que pueden observar en su día a día, al contrario que el modelo anterior. De esta manera, el alumnado entenderá la importancia y el carácter práctico de la literatura, ya que en las obras más recientes observarán fácilmente la conexión con el mundo del que forman parte. En ocasiones la literatura es considerada por el alumnado como aburrida e inútil, por lo que a través de esta metodología se promueve que estas connotaciones negativas disminuyan y entiendan la relación entre el aprendizaje de la literatura y el mundo real al igual que lo hacen por ejemplo con la ciencia.
A pesar de ser una metodología con numerosos beneficios, también tiene aspectos no tan positivos como la dificultad que supone entender las obras actuales sin las referencias de obras anteriores, ya que estas nos permiten entender la evolución de la literatura desde una perspectiva cronológica, por lo que será más sencillo analizar las características y elementos en otras obras posteriores. La literatura es una expresión artística, cultural y social, sin el orden cronológico que nos proporciona el modelo historicista resulta más complicado en especial para el alumnado más pequeño entender los cambios que se producen en la historia y en la literatura.
La Ley Orgánica 2/2023, de 22 de marzo, del Sistema Universitario (LOSU) es un documento en el que se establece una serie de principios que deben de seguir las universidades públicas. En la LOSU también se indica que el modelo utilizado para la enseñanza de literatura ha de ser el historicista, es decir, se partirá desde los orígenes de la literatura hasta las obras más actuales. Dicho esto, no significa que sea el modelo a seguir más correcto, puesto que se trata de un enfoque poco práctico y alejado de la realidad. Pero que también tiene múltiples beneficios, como la capacidad de crear un esquema cronológico mental el cual nos ayudará a entender mejor la literatura actual.
Finalmente, estos modelos tienen múltiples ventajas y beneficios por lo que no significativamente es uno mejor que el otro. Se puede encontrar un equilibrio entre ambos enfoques, siempre teniendo en cuenta el contexto en el que se desarrolla el proceso de E-A. Considero que debemos de dejar a un lado este pensamiento tan simplista de que únicamente hay una manera correcta de hacer las cosas y comenzar a escuchar y a debatir para mejorar, en este caso en el campo educativo.
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