La literatura en Educación Infantil ocupa un papel muy importante en el desarrollo integral del alumnado. Los docentes mediante el uso álbumes ilustrados, poemas, adivinanzas y otros textos literarios, podemos estimular no solo el desarrollo lingüístico, sino también el social, emocional y cognitivo. La interacción con estos recursos literarios enriquece el vocabulario del alumnado, mejora su comprensión lectora y fortalece sus habilidades comunicativas. En esta época del año, quiero destacar un libro muy adecuado para trabajar las adivinanzas con los más pequeños/as: Adivinanzas de Navidad, el cual contiene 21 adivinanzas con sus respectivas solapas lo que le hace más atractivo para ellos y ellas.
Además,
la literatura permite que el alumnado desarrolle su imaginación y creatividad.
Un libro que me viene a la mente es ¡Flores! de Hervé Tullet, el cual despierta
el interés por el arte y la naturaleza, fomenta la creatividad, la imaginación,
la expresión artística, entre otros. Además, la literatura permite transportar
al alumnado a mundos imaginarios a través de la interacción con historias y
personajes, inspirándole a inventar otros finales o crear sus propias
historias.
De
igual manera, la literatura infantil es una herramienta ideal para transmitir
valores y fomentar habilidades socioemocionales. A través de los personajes y
las situaciones a las que se enfrentan, el alumnado adquiere lecciones sobre
amistad, empatía, respeto y resolución de conflictos. Las historias también les
ayudan a identificar y comprender sus propias emociones al sentirse
identificados/as con lo/as protagonistas. Un álbum ilustrado con el que se
promueve el valor de la amistad y la importancia de pedir perdón es ¿Me
perdonas? y otro álbum ilustrado que fomenta la empatía es Ponte en mi lugar,
ambos muy adecuados para tenerlos en la biblioteca del aula de Educación
Infantil.
La
literatura también favorece el pensamiento crítico del alumnado en estas
edades. Al analizar las historias, el alumnado puede identificar problemas y
proponer soluciones, lo que fortalece su capacidad para reflexionar y razonar
de manera más profunda.
Por
otra parte, la literatura enriquece la vida cultural del alumnado al acercarlos
a sus tradiciones y costumbres, lo que les ayuda a entender y formar parte del
entorno cultural al que pertenecen. Además, los álbumes ilustrados pueden
ayudar a valorar la diversidad y el respeto hacia todas las personas. Algunos
ejemplos de este tipo de álbumes ilustrados son: El cazo de Lorenzo y Por
cuatro esquinitas de nada.
Finalmente,
la lectura compartida fortalece los lazos afectivos entre niños/as y adultos.
Como explicó Bea, más conocida como Cuentina_cantaycuenta, son muy importantes
las técnicas que aplicamos nosotros como docentes en la animación lectora. Ya
no solo consiste en contar historias, sino que para que realmente esas
historias lleguen al alumnado es necesario convertir la lectura en una
experiencia interactiva y única. De esta manera, podremos captar mejor la
atención del alumnado.
Para
ello, como nos comentó Bea es necesario que en las sesiones de cuentacuentos
utilicemos una serie de estrategias como son el empleo de una voz expresiva, el
cambio de tono, volumen y ritmo de la voz según los personajes y las
situaciones, puesto que así se mantiene mejor el interés del alumnado y se le
ayuda a comprender las emociones en la historia. Igualmente, el empleo del lenguaje
corporal y los gestos, los movimientos de las manos, las expresiones faciales y
la postura del narrador complementan las palabras, haciendo que la historia sea
más visual y emocionante. Por último, utilizar canciones e interactuar con el
alumnado durante la narración también es una forma de que el alumnado forme
parte de la historia y resulte más atrayente. Aún me acuerdo de cuando era
pequeña que cada 15 días, los domingos, en el parque de El Palmeral, se
realizaban sesiones de cuentacuentos al aire libre de manera gratuita, en los
cuales el público, tanto adultos como niños/as, interactuábamos con los
cuentistas, cantando, saliendo al escenario…Como niña que era, no me podía
divertir más. Siempre les preguntaba a mis padres cuándo era el próximo cuentacuentos.
Y es que los libros como bien afirma Anna Quindlen son: “el avión, el tren, el camino. Son el destino y el viaje. Son el hogar”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario