miércoles, 27 de noviembre de 2024

El cuento como motor del aprendizaje en la educación.


El cuento entendido como una herramienta mágica.

 

El pasado jueves en la clase de Investigación en Didácticas de la Lengua y la Literatura, tuvimos el privilegio de vivir una experiencia enriquecedora junto al profesor Ignacio Ballester y la encantadora Bea, maestra en Educación Infantil y apasionada animadora en su tiempo libre. Bea nos abrió las puertas a un mundo mágico, mostrándonos cómo convertir la lectura de un cuento en un momento único, dinámico e inclusivo para cada uno de nuestros alumnos y alumnas. Nos enseñó a disfrutar el arte de ser "cuentora", ese hermoso papel de ser el puente que conecta el hábito de leer con las vivencias que las palabras escritas pueden despertar en nuestros discentes.

En cada palabra y cada gesto, Bea nos recordó la fortuna que tenemos, como maestros/as y profesores/as, de ser los guías que moldean a pequeños y pequeñas que se convertirán en grandes lectores y lectoras en el futuro. En sus ojos, vimos el reflejo del impacto que podemos generar al fomentar el amor por la lectura. Fue una oportunidad para apreciar que, más allá de enseñar, creamos conexiones profundas con historias que siembran valores, imaginación y sueños.

Siguiendo este viaje entre la práctica y la teoría, quiero reflexionar sobre los aportes de diversos autores y autoras que han destacado el poder transformador del cuento como motor de aprendizaje.

El cuento: una herramienta para el alma y la mente

Desde tiempos inmemoriales, el cuento ha sido mucho más que un simple relato; es un vehículo cargado de magia capaz de transmitir valores, conocimientos y despertar habilidades cognitivas. Por su brevedad y su capacidad para capturar la atención, se erige como un recurso ideal para fomentar aprendizajes significativos que conecten el corazón con la mente.

A continuación, comenzaremos a exponer a los autores que abogan por el uso del cuento en la enseñanza:

Gianni Rodari y la chispa de la creatividad

En su emblemática obra Gramática de la fantasía, Gianni Rodari destaca cómo el cuento puede desatar la imaginación y estimular el pensamiento crítico. Nos invita a jugar con las palabras, a unir conceptos aparentemente inconexos mediante ejercicios como el binomio fantástico. Rodari nos recuerda que cada historia puede ser el inicio de un universo nuevo, y que en manos de nuestros estudiantes, el cuento se convierte en una herramienta para soñar y construir.

Jerome Bruner y el poder de la narración

Desde una perspectiva más estructural, Bruner propone que las historias son esenciales para organizar el conocimiento y darle sentido. Según su teoría del aprendizaje narrativo, los cuentos permiten a los estudiantes entender conceptos abstractos a través de situaciones concretas, conectando lo nuevo con su propio mundo. Es decir, cada narración es un puente que une experiencias personales con nuevos aprendizajes, haciéndolos más significativos y duraderos.

Las hermanas Agazzi y la pedagogía del asombro

Rosa y Carolina Agazzi, pioneras en la educación infantil, nos legaron la importancia de integrar el cuento y la canción como pilares del aprendizaje. Para ellas, estas herramientas no solo desarrollan el lenguaje, la memoria y la imaginación, sino que también nutren la sensibilidad, la atención y el sentido de comunidad. En sus métodos, el cuento no era solo un relato, sino un medio para descubrir la belleza en lo cotidiano y despertar en los niños el deseo de aprender a través del juego.

Vygotsky y la interacción transformadora

Lev Vygotsky, con su concepto de la zona de desarrollo próximo, enriquece nuestra comprensión del cuento al resaltar cómo el diálogo entre docentes, estudiantes y las historias puede llevar a aprendizajes más profundos. Mediante preguntas y reflexiones, el cuento se convierte en una herramienta de andamiaje, un medio para que los niños avancen más allá de lo que podrían lograr por sí solos.

Bruno Bettelheim y el poder de los cuentos de hadas

Desde una perspectiva emocional, Bettelheim nos muestra en su obra Psicoanálisis de los cuentos de hadas cómo los relatos tradicionales ayudan a los niños a enfrentar sus miedos y comprender el mundo de manera simbólica. Cada historia se convierte en un espejo donde los pequeños pueden reconocer y procesar sus conflictos internos, fortaleciendo su desarrollo emocional y psicológico.

Cuentos en el aula: un universo de posibilidades

En la práctica educativa, el cuento se despliega como un recurso multifacético. Desde enseñar a leer y escribir hasta desarrollar el pensamiento crítico y la resolución de problemas, cada historia narrada crea un espacio de aprendizaje activo, colaborativo y lleno de imaginación. Ya sean cuentos tradicionales, contemporáneos o creados por los propios estudiantes, la narración fomenta un ambiente donde las ideas fluyen, las emociones se comparten y el aprendizaje se disfruta.

Para concluir con la entrada, el cuento no es solo un entretenimiento o un dulce eco de la infancia; es un motor clave en la formación integral de nuestros estudiantes. Con su capacidad para conectar lo cognitivo, lo emocional y lo social, los cuentos nos invitan a mirar más allá de las palabras y a descubrir un mundo lleno de posibilidades. Como docentes, tenemos el privilegio y la responsabilidad de ser los narradores de estas historias, sembrando en cada mente y corazón el amor por la lectura y el aprendizaje. Hoy, gracias a Bea y a los autores que nos inspiran, llevamos con nosotros no solo la técnica, sino el sentimiento de que narrar es, en esencia, un acto de amor.

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