LA MAGIA DE CONTAR HISTORIAS
La lectura, en sus diversas formas, es un puente cultural que ha unido a las diferentes generaciones desde los inicios de la humanidad. Mucho antes de que empezara a utilizarse la palabra escrita, las historias se transmitían oralmente de una generación a otra para que no cayeran en el olvido. Estos relatos, que solían narrarse alrededor del fuego o en las reuniones familiares, no solo educaban, sino que también permitían crear vínculos emocionales profundos. Al día de hoy, esta tradición sigue viva gracias a la figura de los y las cuentacuentos, quienes revitalizan la magia de las palabras al narrar historias que inspiran y enseñan.
Desde los primeros años de vida, la lectura desempeña un papel fundamental en el desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños y niñas. Cuando el profesorado y las familias leen o cuentan historias, las y los infantes están estimulando la imaginación mientras que fortalecen su capacidad de concentración. Al mismo tiempo, están aprendiendo a comprender y expresar sus emociones y sentimientos, lo que favorece el desarrollo de la empatía y de las habilidades interpersonales. Por este motivo, en las escuelas de Educación Infantil y Educación Primaria, la lectura no se ha de limitar a la mera decodificación de palabras, sino que debe ir más allá, y una manera de hacerlo es a través del arte de narrar historias.
En la actualidad, la labor de las y los cuentacuentos y sus actividades de lectura dramatizada son ejemplos vivos de cómo las historias pueden ser una herramienta educativa y cultural poderosa. Como bien comentó la docente Bea, también conocida como Cuentina, el arte de “cuentar” historias tiene un impacto significativo en el desarrollo emocional y cognitivo de los niños y niñas. Además, las historias, que se refuerzan mediante el uso del lenguaje no verbal y del lenguaje musical, fomentan la participación activa de las y los infantes, ya que, en el proceso no solo se dedican a escuchar, sino que se convierten en parte del relato.
Desafortunadamente, a partir de los ocho años, muchos niños y niñas dejan de asistir a talleres de cuentacuentos porque consideran que van dirigidos hacia un público más infantil, lo que es una concepción que queda muy lejos de la realidad. Ahora bien, ¿qué podemos hacer las y los docentes para que estas dinámicas tan especiales no se pierdan, y para que además, susciten el interés del alumnado? Gracias a las aportaciones y a la experiencia de Bea, se ha observado que lo más básico y fundamental es seguir incluyendo estas actividades en el aula. Es cierto que en infantil se suele trabajar bastante con la figura del cuentacuentos pero, a medida que se avanza a cursos superiores (primaria, secundaria, etc.), su presencia tiende a disminuir, lo que implica perder una herramienta con la que se pueden trabajar multitud de valores y temáticas.
Asimismo, es necesario realizar una buena selección de lecturas, puesto que, por un lado, se debe garantizar la calidad de los recursos, y por otro lado, se deben trabajar obras que estén acordes a la edad del alumnado. También, se deben ir renovando las dinámicas, las canciones y los juegos para que cada sesión consiga tener su propia esencia. Y lo más importante, las personas que narran las historias deben dar rienda suelta a su imaginación. Como bien comenta Cuentina, si te apetece cambiar la historia, anímate a hacerlo, ya que, llamará la atención del alumnado al no escuchar lo que esperaba.
En conclusión, dentro del ámbito de la Didáctica de la Lengua y la Literatura, el arte de “cuentar” historias es fundamental para el desarrollo integral de las niñas y los niños, puesto que, permite comprender el mundo y a ti mismo/a. La labor de Bea es realmente inspiradora y digna de valorar, porque no siempre es fácil captar la atención del público infantil y mantener viva la magia de la narración en una sociedad que cada vez se encuentra más sometida a los estímulos digitales. Por este motivo, os invito a navegar por las redes sociales de Cuentina (aquí tenéis el enlace a su Instagram y a su canal de Youtube) y a que empleéis una pequeña parte de vuestro tiempo en asistir a alguna de sus sesiones. Seguro que os hará volver a vuestra niñez.
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