lunes, 25 de noviembre de 2024

Contar cuentos para aprender

Es esencial implementar la educación literaria desde edades tempranas, ya que, permite la adquisición de multitud de habilidades y competencias necesarias para el desarrollo académico y personal del alumnado. 


Los libros, álbumes ilustrados y cómics entre otras producciones literarias, son materiales idóneos para el desarrollo del pensamiento crítico y de valores en relación con la concepción de la diversidad como valor positivo. 


Además, nos permiten comprender conceptos complejos de una manera lúdica y cercana a los niños y niñas, como la muerte, el amor y la vergüenza y normas sociales como saludar y despedirse al entrar y salir de un lugar. 


La narración oral de obras en el contexto educativo es una práctica muy utilizada debido a sus grandes beneficios tanto en niños y niñas que ya han adquirido la lectoescritura como en el alumnado que aún no, ya que no solo favorece el desarrollo de competencias, sino que también aumenta su interés en la lectura. 


En el artículo de Marinho & Tenenblat (2023) se presentan algunas características y estrategias de los narradores de historias, más comúnmente conocidos como cuentacuentos. De forma general, los cuentacuentos deben de tener principios y estrategias para contar historias y escoger adecuadamente los materiales que utilizarán para apoyar o complementar sus narraciones.


Esta figura como narradores  ha sido muy importante a lo largo de la historia para transmitir cuentos, historias y experiencias. A través de la voz del adulto los niños y niñas logran identificar el significado de la narración oral, ya que, el cuentacuentos puede entre otras cosas modular la voz y realizar gestos para que el mensaje y la intencionalidad de la obra se transmita de forma eficaz. 


Actualmente, el alumnado se encuentra en un entorno altamente digitalizado lo que implica multitud de estímulos visuales y auditivos, y puede perjudicar a la capacidad de imaginación y/o reflexión crítica, que es esencial para su desarrollo integral.


De esta manera, Bea una “cuentautora” tal y como se define ella porque canta mientras cuenta cuentos e historias a niños y niñas, realiza esta actividad de tal manera que resulta divertida y entretenida a los más pequeños, ya que, es proporcionan estímulos visuales, auditivos e incluso en ocasiones táctiles. 


Asimismo, Bea considera imprescindible realizar una selección exhaustiva sobre los cuentos que va a narrar teniendo en consideración la edad y las características de los niños y niñas o aplicando estrategias para incluir al alumnado incluso cuando no quiere participar en la actividad. Pero lo más importante tal y como indica la cuentacuentos es la práctica continua, que permite nuestro desarrollo como narradores para el público infantil y juvenil. 


En conclusión, se trata de una actividad que debemos de incluir tanto en las aulas como fuera de ellas no solo debido a sus múltiples beneficios en el ámbito de la lengua y la literatura sino también para el desarrollo académico y personal de los niños y niñas. En una realidad ampliamente digitalizada es necesario acercar al alumnado entre sí a través de las historias. 


REFERENCIAS

Cubillos, M. A. S., Sanmartín, V. A. G., & Sarmiento, M. D. F. (2024). Cuentacuentos: formación docente en el arte de escribir y contar cuentos. Revista Varela, 24(67), 55-64.

Marinho, J., & Tenenblat, N. (2023). Guidelines for Storytellers Instancias Orientadoras para Cuentacuentos. Educacao, 4810.5902/1984644466772

 






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