Metodología historicista vs. inversa en la enseñanza de la literatura

Metodología historicista vs. inversa en la enseñanza de la literatura

La enseñanza de la literatura es un tema de debate en el ámbito educativo, especialmente en cuanto a la metodología más efectiva para motivar a los estudiantes y fomentar su interés por la lectura. Dos enfoques destacados y, a su vez, contrarios son la metodología historicista y la metodología inversa. 

Por un lado, la metodología historicista enseña literatura en orden cronológico, comenzando con los textos más antiguos y avanzando hacia los más modernos.

En primer lugar, la metodología historicista permite a los estudiantes comprender el contexto evolutivo de la literatura. A través de esta metodología, pueden observar cómo los estilos, géneros y temas literarios han progresado a lo largo del tiempo. Asimismo, comenzar con los clásicos proporciona a los estudiantes una base sólida en la literatura. Estos textos fundamentales les ayudan a entender mejor las obras contemporáneas que leen más adelante en sus estudios.

No obstante, dicha metodología también presenta desventajas, según Santos (2023), uno de los principales problemas de la metodología historicista es la desmotivación que puede generar en los estudiantes, ya que muchos no encuentran relevante ni comprensible el estudio de textos antiguos, debido a que no se relacionan con su realidad cotidiana. Por este motivo, les dificulta crear una conexión emocional y, por ello, se genera una falta de interés por la lectura. Además, las obras más antiguas a menudo presentan desafíos lingüísticos referidos al vocabulario y expresiones que pueden resultar complicados de entender para los estudiantes más jóvenes, lo que puede resultar algo frustrante.

Por otro lado, la metodología inversa comienza con literatura contemporánea y retrocede en el tiempo hacia los textos más antiguos.

Una de las principales ventajas de la metodología inversa es que los textos contemporáneos suelen ser más accesibles y relevantes para los estudiantes, lo que favorece su conexión y comprensión con la literatura. Además, al leer obras que reflejan la sociedad actual, los estudiantes tienden a estar más motivados y comprometidos, ya que pueden identificarse fácilmente con los personajes y las situaciones. Asimismo, la metodología inversa permite empezar con temas y estilosconocidos antes de abordar textos más complejos y antiguos.

No obstante, la metodología inversa también tiene sus inconvenientes, en primer lugar, puede ser más difícil para los estudiantes entender cómo los textos contemporáneos se relacionan con los antecedentes literarios sin tener una base sólida sobre ellos. Asimismo, existe un pequeño riesgo de que los estudiantes no muestren un respeto adecuado a las obras clásicas, considerándolas menos importantes que las obras contemporáneas.

Actualmente, los jóvenes presentan desafíos ante el hábito lector, ya que los medios digitales juegan un gran papel en su vida cotidiana. Por este motivo y siguiendo mi opinión, la metodología inversa ofrece ventajas significativas para la enseñanza de la literatura en el siglo XXI, ya que emplear textos contemporáneos puede captar el interés de los estudiantes y fomentar hábitos de lectura desde una edad temprana, creando así gusto por la lectura. 

Sin embargo, es esencial que este enfoque metodológico no deje de lado completamente la importancia de los clásicos. Considero que una vez que se ha establecido un interés y una base más sólida de lectura, los estudiantes deben comprender y apreciar la literatura más antigua. De esta manera, se puede combinar lo mejor de ambos enfoques, utilizando la relevancia contemporánea para enganchar a los estudiantes y la profundidad de los textos clásicos para enriquecer su comprensión cultural y literaria.

BIBLIOGRAFÍA:

Santos, J.M. (2023). Una reflexión sobre la enseñanza de la literatura y una propuesta renovadora. Educação E Pesquisa, 49. https://doi.org/10.1590/s1678-4634202349251005esp