-Alberto, vas a tener que mejorar si quieres conservar el puesto de trabajo. -Le interpeló el robot número 105 con la categoría profesional de supervisor de ventas.
Alberto, que lleva trabajando para la empresa de comercio internacional INIIX ocho años, nunca había tenido tanto estrés ni presión hasta que un robot se hiciera cargo de su rendimiento profesional.
La empresa, que maneja gracias a la inteligencia artificial cientos de algoritmos y datos, inspecciona en tiempo real la productividad de cada uno de sus trabajadores.
Y no solo eso sino que, en los últimos cinco años, había descendido su nómina un 30% en términos reales.
-¡Otra factura más impagada! - Exclamaba su mujer varias veces el último día de cada mes.
El próximo mes sucedió algo gravísimo pero esperable.
-Alberto, a partir de mañana, ocuparás el puesto de auxiliar del robot número 205. Ah, por cierto, tendrás la correspondiente bajada en el salario. -Le comunicó el máximo responsable de la empresa.
Al llegar a casa, después de un día para olvidar, al cerrar la puerta, su mujer, con cara de satisfacción, le exclamó:
-¡Tengo una gran sorpresa! Después de varios meses buscando empleo, por fin, tengo uno. ¡Limpiaré la casa del robot 80!
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