Delfina Mas Mas 28/11/2022
Concepción Arenal
Una de las escritoras más representativas del siglo XIX
Nació el 31 de enero de
1820 en Ferrol (La Coruña) y falleció en Vigo el 4 de febrero de 1896 con 73
años.
Su vida se vio marcada
por el temprano fallecimiento de su padre, don Ángel de Arenal, de quien heredó
la actitud de lucha por aquello que creí justo, así como de su hermana pequeña, Luisa, en 1830. Además, la relación con su madre, María concepción de Ponte, fue
complicada debido a sus intereses personales, ya que no correspondían con lo
esperado para una mujer de su época, puesto que estaba decidida a realizar
estudios superiores. Pocos años después quedaría como la heredera tanto de su
abuela como de su propia madre, siendo, con 21 años, libre de decidir sobre su
futuro.
Asistió vestida de hombre a clases de derecho en la universidad que, aunque no se le concedió ningún título por no ser un varón, marcó su interés sobre las cuestiones penales y jurídicas. Además, fue en ese mismo momento cuando conoció al que sería su esposo, Fernando García Carrasco, quien trató a Concepción desde el respeto y la igualdad, animándola a seguir formándose y permitiéndole acompañarle a las tertulias disfrazada de hombre, pues era la única manera que tenía de poder acceder.
Fue durante los primeros
años de matrimonio, cuando concepción Arenal comienza a decantarse por la
literatura, escribiendo sus primeras composiciones poéticas, obras de teatro,
obras narrativas y sus Fábulas en verso (1851). Además, comenzó a
participar junto a su esposo en La Iberia, periódico liberal con gran
prestigio en su momento.
Poco tiempo después,
falleció su esposo en 1857, momento en el que inician sus preocupaciones sociales
y humanitarias, periodo donde creó su ensayo La Beneficencia, la Filantropía y
la Caridad (1860) premiado por la Academia de ciencias Morales y Políticas que, aunque en primera instancia
se publicó bajo el seudónimo de Fernando, tras reconocer su autoría, se le
reconoció el premio, siendo la primera mujer en la historia de la Academia en
recibir un premio.
Siguiendo en esta línea, publicará
muchas obras a lo largo de su trayectoria, destacando, entre otras, Cartas a
los delincuentes (1865) y Oda a la esclavitud. Obras relacionadas con la
necesidad de reforma del código Penal y de la situación precaria de los presos,
llegando a formar en 1870 La Voz de la Caridad, periódico donde denunciaba los abusos
en hospicios y en las cárceles.
Tras la Revolución del 68
fue nombrada Inspectora de casas de Corrección de Mujeres, siendo, a partir de
este momento, cuando su interés por el feminismo cobra mayor relevancia en sus
obras, destacando, entre otras: La mujer del provenir (1869), La mujer en su
casa (1881) o Estado actual de la mujer en España (1884), donde mostró todos
los estereotipos y prejuicios erróneos que la sociedad tenía sobre las mujeres
y el derecho de las mismas a tener una educación y condición laboral igual a la
de los hombres.
En sus últimos años de
vida, su producción literaria disminuye, pero sigue colaborando con
innumerables periódicos de la época como el Boletín de la Institución Libre de
Enseñanza, La Nueva Ciencia Jurídica o La Ilustración Española y Americana. A
pesar de esto, escribió algunas obras, siendo, algunas de estas, las más
representativas de su trayectoria como Ensayo histórico sobre el derecho de
gentes (1879), La instrucción del pueblo, Manual del visitador del preso, La
instrucción del obrero o La educación de la mujer (1892), publicada, esta última, un año
antes de su fallecimiento.
Como curiosidad, esta mujer siguió teniendo una gran influencia años después de su fallecimiento como se puede comprobar en el sello postal de 15 cts. con su efigie durante la II República.
Si os interesa saber más sobre esta mujer os dejo el siguiente enlace donde he compartido más información sobre Concepción Arenal.
Muy interesante
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