Cuando pensamos en la lectura o en su
fomento, siempre se nos viene a la mente la idea de comprar libros en librerías
o en grandes superficies (Apoyad al comercio local, por favor 🙏). Pero ¿qué pasa
con esas personas que por unas razones y otras no pueden adquirir todos los
libros que desearían? ¿Cómo leen? ¿Leen? 🙀
La respuesta es sí. Y lo hacen de la mano de uno de los lugares que
más desapercibidos pasan: las bibliotecas.
Hace unos días, se llevó a cabo el X Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas. Este encuentro se realiza para conocer
cual es el panorama actual de las bibliotecas públicas. Se celebra cada 2 años,
pero al coincidir con la pandemia se suspendió hasta este año.
Esta edición ha sido muy interesante porque
se ha puesto el foco de atención en el proceso de transformación que llevan
sufriendo las bibliotecas desde hace algunos años. Toda la nueva literatura —LIJ
2.0, 3.0 ó 4.0 (Rovira, 2015)— y sus modalidades que se han creado a partir de la introducción
de las TIC, de los cambios sociales que siguen sucediendo y de la irrupción de
la COVID-19.
Su programa se divide en dos partes: por
las mañanas se realizan las conferencias que son presenciales y se retransmiten
al mismo tiempo. Y por las tardes están los talleres relacionados con la
actividad bibliotecaria y cómo dinamizarla o cambiar algunas percepciones.
Encontramos ponencias con autores internacionales y contemplan temas como Las bibliotecas públicas como agentes de
transformación social o Nuevos retos de las bibliotecas públicas en el espacio
virtual y presencial, entre otros.
En clave líneas de investigación, separaré
las reflexiones por días, ya que cada uno tiene una temática diferente.
1.
Repensar
la biblioteca
¿Cómo podemos hacer que las bibliotecas
dejen de ser tan frías e impersonales (no todas)? ¿Cómo podemos hacer ver que
son un lugar, que, si está bien organizado y actualizado, sirve luchar contra
la desinformación y las Fake News?
Una de las líneas sería qué elementos
forman una biblioteca y analizarlos para sacar el máximo partido de ello. El
factor humano es importantísimo y los volúmenes y obras que alberga también,
pero, en muchas ocasiones, falla algún aspecto para poder considerarla una
biblioteca 2.0: un lugar que ha evolucionado teniendo sus características
propias, pero adaptándose a las nuevas tendencias e intereses de sus usuarios.
Por tanto, ¿cómo podríamos hacer una biblioteca 2.0?
Por otra parte, la segunda línea se enfocaría en cuáles son los volúmenes y obras de los que se dispone en las bibliotecas, tanto infantiles y juveniles como de adultos. Cuántos años tienen, la variedad, si son comprados o donados…Forman un arma imprescindible para la formación e información sobre temas (a veces demasiado académicos) y poder luchar contra los frecuentes bulos y noticias falsas que recorren nuestras vidas.
Virtualidad y presencialidad en bibliotecas: alcanzar el equilibrio
En consonancia con la
primera línea, nos encontramos con la siguiente: bibliotecas y TIC. En un
primer momento, parecen términos totalmente incompatibles. ¿Cuáles son los
retos a los que se enfrenta con la digitalización? ¿Cómo podemos acercar las
bibliotecas al mundo digital? Siempre, sin dejar de lado la presencialidad.
La segunda línea vendría a
raíz de la digitalización, pero esta vez del patrimonio bibliográfico. En un
primer lugar, deberíamos acotar cual es nuestro patrimonio bibliográfico. En
segundo, cuales son las obras a las que se puede tener acceso libre y a cuáles
no, por temas de patentes. Y, por último, cuáles serían las repercusiones de
esta práctica.
La siguiente idea debería
ser inherente a todas las que se hagan: la contribución de la biblioteca al
futuro, ya no solo, intelectual o crítico. No. Al futuro del planeta y el
nuestro como seres humanos. Cómo se puede trabajar la inclusividad, el cambio climático,
la igualdad…desde estos lugares.
Por último, ¿cuál es la
presencia de las bibliotecas en Iberoamérica? ¿Qué similitudes hay? ¿Y las
diferencias? ¿Cómo nos podemos ayudar mutuamente? Además, debemos hacer
revisión sobre qué obras hispanoamericanas se encuentran en nuestras
bibliotecas y establecer un canal de comunicación y préstamo de libros entre
España y Latinoamérica para enriquecernos todos.
En definitiva, es un congreso
al que me gustaría haber ido o ir en un futuro porque no solo se trata de
bibliotecas, sino de cómo podemos trabajar conjuntamente desde la escuela para fomentar
la lectura y el amor hacia los libros y la información.
Bibliografía utilizada
Rovira-Collado, J. (2015). In Llorens García R. F. (Ed.), Literatura infantil y juvenil en internet. de la cervantes virtual a la LIJ 2.0. herramientas y espacios para su estudio y difusión. Universidad de Alicante.
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